Recuerdo que antes de casarme mi hermana me dio un consejo que nunca voy a olvidar. Ella me dijo: Disfruta la vida y no dejes que la gente te presione con sus comentarios, porque la gente siempre hace presión (tal vez no de una forma directa, pero si con sus preguntas y comentarios). Hasta pareciera que nunca está conforme y siempre quiere más. Ella uso este ejemplo. Cuando eres soltera te pregunta ¿Cuándo vas a tener novio? Y cuando por fin tienes novio te preguntan ¿Cuándo se casan? Y cuando se casan la siguiente pregunta es ¿Cuándo van a tener hijos? Después de que tienen el primer hijo preguntan ¿Cuándo van a tener otro? En fin, la lista puede seguir y seguir.

Recuerdo que mi hermana me dijo no te dejes presionar disfruta la vida y como ha tenido razón desde que me ella me dijo esto, note como he vivido rodeada de esas preguntas y en ocasiones incluso me he sorprendido haciendo estas mismas preguntas a la gente. Parece que nunca estamos satisfechos. Y esto es en todas las áreas de nuestra vida. E incluso muchas veces nosotros mismos nos presionamos. Cuando por fin tenemos algo ahora queremos lo que sigue. Y esto muchas veces hace que no disfrutemos nuestra vida pensando en lo que queremos o en lo que sigue nos olvidamos de disfrutar el hoy. Nos olvidamos de vivir. Y cuando menos lo esperamos el tiempo paso sin que nos diéramos cuenta. No dejemos que la vida se nos vaya sin haber disfrutado cada día en la situación en la que nos encontremos.

Por tanto, no os preocupéis por el día de mañana; porque el día de mañana se cuidará de sí mismo. Bástele a cada día sus propios problemas.

Mateo 6:34 (LBLA)

 

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