Dadas las restricciones sociales por el coronavirus, tuvimos que suspender las reuniones de la iglesia hace un par de semanas. Fue una decisión sumamente difícil. Por un lado, mi mente decía, es lo correcto, es para cuidar la salud de toda la Iglesia. Pero por otro lado mi corazón decía, la iglesia no puede ser cancelada. Todavía recuerdo mi indecisión al escribir el mensaje de WhatsApp para la Iglesia. Finalmente cancelamos y creo que fue lo correcto.
Dos semanas después, Laura me comento: “deberíamos hacer una reunión por Internet”. Que idea tan novedosa, no se como no se me había ocurrido, siendo que yo soy un Ingeniero de Software, y que llevo casi un año teniendo reuniones diarias por Internet con mis compañeros de trabajo en Estados Unidos. (Moraleja: Lo importante no es lo que sabes hacer, ni que seas muy bueno haciendo. ¡Lo importante es que tomes la iniciativa y lo hagas!) Así que ayer hicimos nuestra primer reunión virtual.
Gracias a lo virtual, pudimos incluir a otros creyentes de Guanajuato y Guadalajara que de haber sido la reunión presencial no hubieran podido llegar. Todos estaban muy contentos de poder orar, estudiar la Biblia y tener comunión en medio de este aislamiento social. Verdaderamente se sintió como un vaso de agua en medio del desierto ¡Gracias a Dios por la tecnología!
Nota: Recomiendo ver 2 minutos al inicio y al final para tener una idea de como fluye una reunión virtual. Y si quieres ver los 45 minutos de enseñanza, ¡bienvenido!
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Gracias a Dios por la tecnología y por permitirnos tener comunión con nuestra iglesia!!!
Muy de acuerdo. Gracias a Dios!!!